lunes, 24 de junio de 2013

Buenos días, lunes

Buenos días día... Es lunes, está lloviendo, y no tengo ganas de moverme de mi cama, pero ya Circe está levantada y lloriqueando para que me apure con el paseito diario de 15 minutos. 15 minutos corriendo en el parque son suficientes para que pase regularmente tranquila toda la mañana. Es lo mejor que puedo esperar luego de 4 años.

No soy como esos dueños de perros que se creen mamás de perros y hablan de ellos como si fueran niños. No me gusta decir que llevo al pediatra a mi mascota en vez de decir que lo llevo al veterinario (esta es una historia para otra entrada)... ¿dónde estaba? Ah sí, soy la no-mamá de Circe, zaguatita de cuatro años que es digamos que mi mejor amiga canina.
 
Son las 7 a.m. y Circe desespera mientras espera que me ponga los zapatos y la saque, abro la puerta y 20 kilos entran corriendo y saltando sobre mí. Gruñido, salto, gruñido... ya estoy lista abro la puerta, hace frío, meto las manos al bolsillo, gruñido (“apúrese”). Llaves, reloj, 15 minutos aunque llueva, haga sol o corra mucho viento. Son los primeros 15 minutos con mi no-hija Circe.




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